CORONAVIRUS EN PRIMERA PERSONA



¡Salve, mis Niños Pijos Eneagramáticos!

Ustedes seguramente se preguntarán por qué hace meses que no escribo. Les cuento que esta entrada debería haberse publicado hace dos meses. Sin embargo la publico dos meses después.  Así que hagan de cuenta que hoy estamos a fines de Mayo. ,)

Con ustedes, mi historia de cómo luché y sobreviví al Coronavirus.

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" 20 de Mayo de 2020. Hoy no voy a hablar de Eneagrama. O al menos, el post de hoy no va de eso. Les cuento, mis Niños Pijos, que ayer he salido del hospital (el Clínico San Carlos en Madrid) luego de dos (si, dos) largos e interminables meses ingresado por el Covid-19.

Sí. Así como le leen. Casi se quedan sin este pobre niño pijo. Vamos por partes:

¿Cómo me lo contagié?

Bueno, no hay muchas opciones. Fue en el Metro, yendo o volviendo del trabajo. Ya saben lo abarrotados que van el Metro en Madrid. Y a esa altura-principios de Marzo- todavía nadie usaba mascarilla ni se desinfectaba nada, emnos los vagones del metro.

¿Cómo empezó?

Empecé con fiebre , no muy alta, pero que no bajaba pese a que tomaba varios Paracetamol al día. Luego comencé con tos, pero como no era "seca"-al principio de la pandemia se decía que tenía que ser tos seca-pensé que era una simple bronquitis. Pero luego de una semana de estar en cama, una madrugada me levanto para ir al baño...y de repente siento que los pulmones se me "doblaban" y me costaba respirar. Eran las 5 AM así que no podía hacer nada, más que esperar hasta las 8AM que abriera mi Centro de Salud. A las 8 en punto llamo por teléfono y al relatar los sintomas , me hacen ir al Centro, cosa que me extrañó sobremanera, ya que no estaban atendiendo de manera presencial.

Una vez  allí el médico de Guardia me ausculta  y , con cara de procupado,  me envía  a otro centro a sacarme una placa. Vuelvo a casa y al rato me llaman  por teléfono diciéndome que la placa había salido bastante mal, así que por favor me tomara un taxi ( ya que no había ambulancias disponibles) y me fuera a ingresar en el Clinico.

Tranquilamente hice mi bolso, pensando que serían solo unos pocos dias de internación, y me dirigí al Hospital. Yo estaba bastante ansioso, porque nunca jamás en mi vida había estado internado en un hospital.

Y allí comenzó la pesadilla.

Efectivamente, luego de varias horas de hacerme todos los tests habidos y por haber, me confirman que  la prueba del Covid-19 me  habia dado positiva y que me iban a ingresar. Mientras tanto, iba llegando más gente a la sala de espera del hospital. Llegó un momento en que eramos 89 personas esperando cama (era fines de Marzo, cuando fue el pico y toda la sanidad estaba desbordada) y la prioridad eran los abuelit@s de la Tercera Edad-los cuales no paraban de ingresar-así que alguien relativamente joven como yo, tenía que seguir en la dulce espera. Mientras tanto, la fiebre me subía y cada vez me costaba más respirar.

Durante 2 largas noches tuve que dormir sentado en un sillón, con oxígeno, ya que no había camas disponibles en todo el hospital. Finalmente,  al tercer día, me consiguieron una en planta. Mis signos vitales iban bajando de a poco.

Qué decir que no duré mucho en la tan ansiada cama ya que a la mañana cuando me levanto, escupo una flema de color morado como una ciruela A partir de allí, todo sucedió en cámara rápida: vino de repente una cuadrilla de enfermeros, subieron las barandillas de mi cama y entre todos, me llevaron por los pasillos corriendo. Supuestamente, tenían que ingresarme en la UCI, pero en la UCI no había lugar ni para un alfiler, así que terminé en una habitación especial en Neumología, que es como una boveda y creo que la llaman de "Presión Negativa", a la cual médicos y enfermeros tiene que entrar con una clave.

A partir de allí y hasta el momento en que me desperté, pasaron cinco dias que no logro recordar, que están borrados de mi memoria. Sólo recuerdo enfrentarme a la oscuridad total y la sensación de que me estaba yendo de este plano. Sin embargo, no hubo luz, ni hubo túnel ni ancestros esperándome, tan solo una oscuridad seca, pragmática y el único pensamiento:  que no iba a ver más a mis hermanos.

Pasada esa semana inexistente en mi mente, un día me desperté. Con los días me enteré que me había estado debatiendo entre la vida y la muerte, los médicos no daban ni dos pesetas por mi, con decirles que le dijeron a una amiga mia que por favor avisara a mi familia, porque no creían que pasara de un par de dias.

Sin embargo, aquí estoy. Sobreviví y soy uno de los miles de cientos "recuperados". Yo creo que no era mi momento. Me quedaron algunas secuelas , sobre todo un gran cansancio que me hace parar y obligarme a descansar.

Corolario: el trabajo con el Ego nunca se termina.

Durante mi estancia en el hospital me sentí asustado, desolado, aislado y muy, muy sólo. Nadie podía venir a visitarme, así que duarnte esos dos meses mi único contacto humano fueron las enfermeras y los médicos.

Si para una persona de cualquier tipo perder sus facultades es insoportable, imaginense para un Tres. Jamás en mi vida pensé que llegaría al momento en que otras personas me tendrían que bañar o evacuar mis necesidades en una cuña, porque mi cuerpo no tenía fuerzas para moverse. Eso fue una patada mortal a mi imagen . Pero también fue un gran trabajo para mi Ego, porque aprendí que allí no había imagen y que yo, cómo estaba, NO PODÍA. Así que no me quedó otra que ENTREGARME y dejar que otras personas se ocuparan de mi.

Por suerte, estoy vivo para contarlo.

Hasta la próxima

Gontxu




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