«Es la sopa de la sopa de la sopa de la sopa de la sopa de pato, que vosotros, los parientes de los parientes de los parientes de los parientes de mi pariente, sin duda no sabéis apreciar»
Mi querido amigo David Barba , en su libro "El Eneagrama del Mulá Nasrudin" , habla de la sopa de la sopa de la sopa de pato, haciendo un paralelismo de como el Eneagrama se va degradando a medida que se va haciendo más y más popular.
Yo creo que el Eneagrama en la actualidad está atravesando un proceso muy E7: el del "Maestro al instante", el diletante. Hoy, con esta INVASIÓN de las redes sociales, pareciera ser que los «buenos» profesores de Eneagrama, son los que más presencia y seguidores tienen en Instagram o en Youtube, en vez de aquellos que tienen años y años de trabajo con la herramienta, no solo como profesores, sino, principalmente, en sí mismos.
Hoy día, chicas y chicos de no más de treinta y
pocos años (y algunos menos), que está en el mundo del Eneagrama hace apenas unos pocos años (de 2 a 5, según mi experiencia) dando cátedra como si fueran expertos. A ver, esto se ve en otras disciplinas también, como en el Coaching, donde existen coaches recién graduados que ya enseñan a otros incautos como ser coaches (lo he comprobado) , en vez de ir fogueándose de a poco con sus coachees. Pero a veces-nobleza obliga-tampoco es una cuestión de edad: hay adultos que se cruzan con el Eneagrama y acto seguido , salen a impartir talleres sin tener el suficiente trabajo previo con ellos mismos.
Gurdjeff pensaba que el conocimiento místico solo debería ser accesible para unos pocos comprometidos a trabajar profundamente en su transformación interior. Tanto Ichazo como Naranjo eran reticentes a difundir su conocimiento más allá de las fronteras de sus talleres y seminarios. En su momento, cuando joven, yo no entendía el por qué. Sin embargo ahora, con más de veinte años de Eneagrama en mi haber, y dado este fenómeno del |«Eneagrama Prêt-à-porter» (un poco diferente al Eneagrama Azucarado, aunque primos hermanos), entiendo claramente el por qué.
Perdón si parezco uno de esos cantantes famosos y reconocidos, que se rasgaron las vestiduras cuando apareció el fenómeno OT.
A ver, todos fuimos nuevos alguna vez como profesores de Eneagrama. Siempre hubo un primer taller. Pero sin embargo, al menos yo, comencé a transmitirlo (prefiero este término a "enseñar") cuando ya llevaba diez años de trabajo conmigo mismo con la herramienta, además de haber pasado los cuarenta. Y comencé muy timidamente, dando una charla aquí, otra allá, cada vez que me pedían. Pero sobre todo, tenía un gran respeto por los que venían antes que yo. Trataba de aprender de ellos.
Y yo creo que justamente el problema con los Eneagramistas Millenials es ese: han perdido el respeto. El respeto por la profundidad de la herramienta y el respeto por los que estamos antes que ellos. Muchos te discuten con soberbia en las redes, como si fueran súper expertos. Es más, muchos de ellos no tienen mucha idea de con quienes están hablando, ya que para ellos los grandes profesores del Eneagrama son aquellos que estan en Instagram con decenas de miles de seguidores. Poco importa el camino recorrido que tengan; lo que importa es lo que postean y cuanta presencia tengan en las redes.
La parte más graciosa de esto es que yo, en su momento y con este blog, fui una especie de lo que hoy sería un «influencer» del Eneagrama. Pobre Niño Pijo fue el primer blog de habla hispana dedicado al Eneagrama, y se hacia un estudio de personajes de ficción a través de esta herramienta. Y sin embargo hoy, soy un pobre desconocido para las nuevas generaciones o los recién llegados al Eneagrama. Los millenials no suelen leer blogs (vamos, habrá algunos que lo hagan, pero no es algo común).
Sé fehacientemente que esta entrada me traerá detractores y me harán bullying escrito, como ya me ha sucedido.
¿Es mi ego de la Vanidad hablando? ¡Por supuesto que sí! Pero como solía decir mi Maestro Claudio Naranjo : «Si a mi me tiran con su Ego, yo les tiro con el mío».
Nunca mejor dicho. He dicho. O como diría la Veneno: ¡Digo!
Hasta la próxima
Gontxu
@pobreniniopijo